La fórmula del éxito que catapultó a la fama la ropa interior blanca de Calvin Klein es tan cautivadora como simple. Desde los años ochenta, Calvin Klein ha basado su estrategia de marketing en una receta infalible: sexo, estrella de la fotografía y modelos con un físico esculpido y emanando feromonas. Esta estrategia, aunque provocativa, no solo vendió productos, sino que también logró cambiar la manera en que el mundo ve la moda y la publicidad.
Ropa interior Calvin Klein: Sexo al descubierto
Sexo, un elemento definitivo y potente que Calvin Klein nunca ha dudado en utilizar. Desde el primer momento, las campañas publicitarias de Calvin Klein se han caracterizado por su audacia y franqueza. Cuerpos semidesnudos, posturas sugerentes y miradas insinuantes se convirtieron en la marca registrada de la casa. Añade a esto la ropa interior blanca, impecable y bien ajustada, y obtendrás una receta infalible para vender.
Enfocado en la lente
Pero no todo es acerca del producto o el sexo, el fotógrafo también juega un papel determinante. Calvin Klein siempre convocó a los fotógrafos más talentosos y reconocidos del negocio para dar vida a su visión audaz. Ellos sabían cómo capturar tanto la esencia del producto como el magnetismo sexual de los modelos. El resultado fueron imágenes poderosas, capaces de provocar, seducir y capturar la atención del público.
Rostros que visten
La elección de los modelos es otro de los pilares de éxito de Calvin Klein. Desde una joven Kate Moss hasta el deslumbrante Jeremy Allen White. Todas las caras de la marca personificaban con perfección la actitud Calvin Klein: jóvenes, bellos, rebeldes y sensuales. Y claro, vestidos o más bien escasamente vestidos en la ropa interior blanca más famosa del mundo.
Ropa interior Calvin Klein: Un legado duradero
Con el paso del tiempo, la ropa interior blanca de Calvin Klein se ha convertido en un símbolo cultural. Gracias a su combinación magistral de sexo, talento fotográfico y elección de modelos. El éxito de esta estrategia ha sido tal, que sigue siendo la norma en las campañas de Calvin Klein incluso hoy en día. Las billboards y anuncios de la marca. Independientemente de que estén en Nueva York o en cualquier otra parte del mundo. Siguen apostando por la misma receta que revolucionó la moda y la publicidad en los años ochenta.